miércoles, 9 de marzo de 2011

LLEGO LA HORA DE LOS ROBOTS


Inventos. Dos novedosas creaciones que podrán ser sus “ojos”. Aquí dos ejemplares muy peculiares: Stickybot, que trepa paredes cual hombre araña, y Jazz, vigilante de empresas, fábricas o casas. Con ellos los dueños podrán vigilar y proteger sus propiedades.
Redacción. La República.
Si bien los robots nunca tendrán un espíritu solidario ni podrán dar amor como los humanos, al menos pueden facilitar la vida de sus eventuales amos.
Tal es el caso de Stickybot, un robot que tiene un parecido al hombre araña de los cómics: trepa paredes y ventanas. En realidad es una salamandra mecánica que ha sido desarrollada por los investigadores de la Universidad de Stanford.
Lo más llamativo de este animalito es que puede moverse y desplazarse a través de superficies verticales, y mantener su equilibrio gracias a adhesivos secos, que le permiten tensionar sus extremidades inferiores hacia una determinada área. Es decir, no se caerá patas arriba.
Es un vigilante oculto
Stickybot tiene pies con textura lisa, los cuales están cubiertos de pequeños pelos similares a la goma seca. Pero eso no es todo. Este robot refuerza su estabilidad debido a los materiales anisótropos con los cuales está confeccionado. Cabe resaltar que este invento tiene propósitos militares: la vigilancia discreta entre las unidades en el campo.
Vigilancia permanente
Demostrando que la tecnología no se detiene, la empresa francesa Gostai presentó un curioso robot humanoide llamado Jazz, diseñado para funciones de televigilancia y telepresencia.
Las bondades de este peculiar invento son las siguientes: visualiza y recorre el entorno, mantiene conversaciones a través de su cámara, puede ser usado a través de control remoto por cualquier persona con acceso a internet, vía un teléfono inteligente o una laptop.
Aún hay más. Se desplaza en dos ruedas y tiene una cabeza que puede mover en cualquier dirección con una cámara en su frente.
Esta creación cuesta nada más y nada menos que 7,900 euros.
Según Segolene Roch, representante de la citada compañía, la principal ventaja de Jazz es su movilidad. “Jazz podría fácilmente sustituir a cualquier persona en una reunión de negocios o visitar una fábrica o taller, grabando y proporcionando a su vuelta todo lo visto a su usuario”, manifestó.
Funciona 5 horas seguidas
Este robot mide 1 metro y 48 centímetros y puede funcionar cinco horas seguidas sin necesidad de ser recargado. Y en caso se quede sin energía, regresa a su estación de carga para alimentarse y continúa avanzando por su camino.
Y ¿ para qué sirve este ejemplar? Esta criatura mecánica sirve para vigilar un fábrica o en un almacén además de alertar a las autoridades si es que encuentra gente que no le inspire confianza. Se dice además que es astuto y no se deja engañar fácilmente. Al tomar en cuenta todo esto, ¿se animaría a tener a Stickybot o a Jazz en su hogar o empresa?
Si la respuesta es sí, sabrá usted que no obtendrá una cálida respuesta, pero por lo menos tendrá la seguridad de que su trabajo será impecable y sin quejas.
¿Llegó la era de los robots? Pues parece que parcialmente, pero pronto se extenderá. Prepárese.
Tienen presencia en otros países
La salamandra fue desarrollada con el apoyo de las universidades para la DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency).
Los robots cobran cada vez más importancia en algunos países. Por ejemplo, en Japón se realizó la “Primera Maratón Robótica”, una curiosa jornada deportiva en la que compitieron cinco robots bípedos al recorrer más de 42 kilómetros durante cuatro días.
En la competencia se puedo observar a un androide de mayor tamaño. Mide 44 centímetros de alto.