sábado, 20 de noviembre de 2010

El vigilante asesinado trabajaba para una mafia

José Manuel Sequeira, el vigilante de obras que el domingo por la noche apareció asesinado en la barraca del solar que vigilaba en Les Corts, trabajaba desde hacía meses para una de las mafias de gitanos que controlan la seguridad de las obras, según explicaron ayer fuentes de su entorno. A las puertas de ese solar no había ningún cartel con la bandera gitana porque la obra hacía tiempo que estaba parada, el solar vacío, y solo quedaba el barracón para que la víctima pudiera dormir.
El hombre hacía mucho tiempo que ni cobraba. Nacido en Portugal, casado, y con una hija, llegó a Barcelona hace cuatro años. En Sant Adrià de Besòs conoció a Antonio Fernández, otro vigilante de obras, que se compadeció del hombre y lo acogió en su casa de Sant Cosme, en El Prat de Llobregat. Desde entonces, se había convertido en su hermano. Y el domingo le tocó descubrir su cadáver en el barracón. «Me llamaron el domingo para que me acercara al solar a echar un vistazo. Al llegar a la caseta le encontré en la cama. Ni se enteró. El que lo mató estaba loco».


El vigilante hallado muerto en una obra cerca de la confluencia de las calles Martí Franqués y Pau Gargallo en el barrio de Les Corts de Barcelona, donde se está construyendo una subestación eléctrica, conocía a la persona que le mató.
BARCELONA, 15 (EUROPA PRESS) El vigilante hallado muerto en una obra cerca de la confluencia de las calles Martí Franqués y Pau Gargallo en el barrio de Les Corts de Barcelona, donde se está construyendo una subestación eléctrica, conocía a la persona que le mató.
Según han informado a Europa Press fuentes cercanas al caso, la víctima, José Manuel S., portugués de 55 años, murió de un fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente que su agresor encontró en la misma obra.
Así, los investigadores descartan que el móvil del crimen sea un robo, puesto que de la construcción no se llevaron nada.
El hombre, que llevaba dos o tres días muerto, fue encontrado este domingo pasadas las 23 horas por un compañero dentro del recinto.
Fuentes de la empresa Copisa, encargada de las obras de esta subestación, han informado a Europa Press de que este hombre no trabajaba para la empresa y que, de hecho, no tenían contratado ningún servicio de seguridad porque los trabajos estaban prácticamente terminados. La compañía eléctrica tampoco tenía ninguna relación contractual con él.